En el artículo de hoy, vamos a hablar de algunos de los errores que cometen los emprendedores en el momento de iniciar cualquier negocio. Como verás, son errores de todo tipo, y hacen referencia tanto al emprendimiento en solitario como el compartido.
Ten en cuenta que, en ocasiones, estos errores se darán porque no estás en el ámbito correcto para que realices tu emprendimiento. Pero, en otras ocasiones, se deberá a que, simplemente, no tienes el espíritu necesario para emprender.
Es tu responsabilidad entender cuál es tu situación y cuál es tu forma de ser. No todo el mundo ha nacido para gestionar un negocio propio. De momento, sin más, vamos a explicar cuáles son esos errores habituales en el emprendimiento.
Les falta de motivación
Este es uno de los principales errores de los emprendedores. Aunque, en cierto sentido, llamarlos de este modo sería muy generoso.
Sucede que muchas personas se encuentran con que no tienen trabajo, o que quieren mejorar su situación laboral, o que se han visto imbuidos por la enorme propaganda pro-emprendimiento existente, y se quieren lanzar a la aventura.
Sin embargo, el verdadero emprendedor está movido por sentimientos de cambiar el mundo. Se necesita una gran motivación para poder dedicarse a un proyecto que nace de la nada y llega a ser algo. Se necesitan muchas horas, y, sin pasión, no se puede lograr.
Y esta pasión es la que le falta a este tipo de gente, que lo único que hacen es buscar información en Google sobre cómo se puede ganar dinero en internet, y creen tener una buena idea cuando, en realidad, no lo es (y ni ellos creen en ella).
Por lo tanto, puede que emprendan. Puede, incluso, que ganen algo de dinero. Pero no se dedican en cuerpo y alma a su proyecto, y, por lo tanto, están condenados al fracaso.
Por lo tanto, si crees que tú puedes estar en esta situación, te recomiendo que te evalúes a ti mismo y hagas un examen de conciencia. ¿Realmente estás motivado para llevar a cabo el negocio que tienes entre manos?
Si no es así, mejor que no sigas con él, porque no llegará a buen puerto.
Son incapaces de encontrar aliados
Otro problema habitual es que los emprendedores no son capaces de encontrar aliados. Este es un problema que se ve, especialmente, en aquellos perfiles más técnicos, como programadores.
Tienden a creer que el éxito de su emprendimiento se basa en ser capaces de desarrollar un buen producto, cuando lo cierto es que, aunque desarrolles un buen producto, si no tienes, por ejemplo, un equipo de marketing, no conseguirás gran cosa.
Es importante encontrar aliados porque una empresa no se basa en una sola cosa muy bien hecha, sino en varias cosas muy bien hechas. Y, si quieres ser un emprendedor de éxito, necesitas rodearte de gente que sea capaz de gestionar esos otros ámbitos que tú no puedes.
Por ejemplo, si tú eres el programador, necesitarás a un diseñador gráfico, a un experto en marketing, a alguien que lleve la contabilidad, a un relaciones públicas, etc.
Son todo partes imprescindibles de una empresa, y, mientras creas que tu trabajo es más importante que otro o, directamente, creas que no te hace falta invertir en otras áreas, no conseguirás ser un emprendedor de éxito.
Un buen emprendedor sabe que no es infalible, y, por lo tanto, busca aliados que sepan resolver problemas que él no sabe.
No saben delegar
Otro problema, y que es muy frecuente en los negocios online, como las tiendas online de Shopify, es que los emprendedores y dueños de dichos negocios no son capaces de delegar, porque creen que son los únicos capaces de hacer bien las cosas.
Hasta cierto punto, este es un elemento indispensable en los primeros pasos de un emprendedor. Pero, una vez se alcanza cierto tamaño, es imposible que una sola persona gestione toda una empresa, por lo que es harto recomendable delegar algunos trabajos.
La forma de delegar es de lo más variable. Puedes tener socios, puedes tener empleados, puedes tener freelancers trabajando para ti. Hay mil formas de hacerlo. Lo importante es que se haga, no cómo.
Conviene tener en cuenta, además, que el hecho de delegar no solo te ayuda a poder seguir haciendo crecer tu empresa (si solo tú te encargas de ella, estás limitado a tu tiempo y capacidades), sino que, además, permite hacerla crecer al haber más ideas.
Al trabajar junto a más gente, que se encarga de llevar a cabo procesos que antes hacías tú, estas personas son capaces de ayudarte con ideas novedosas sobre dichos procesos, que tú no te habías dado cuenta que podían aplicarse.
En definitiva, siempre que estés con más personas (tanto en lo que respecta a los aliados anteriormente comentados, como a las personas en las que delegues), tendrás mayores facilidades para hacer crecer tu negocio en todos los sentidos.
No hacen un pacto de socios
Otro punto interesante dentro de los errores de los emprendedores es el del pacto de socios. Es importante señalar que esto se aplica, evidentemente, a aquellos emprendimientos que se llevan a cabo entre dos o más personas.
No hacer un pacto de socios es peligroso porque, aunque al principio parezca que todo es muy bonito y que no hay ningún tipo de problema, en el futuro, los problemas pueden aparecer. Y, en ese caso, será mucho más difícil llegar a acuerdos.
Haciendo un paralelismo, resulta que en Suecia es normal que, cuando una pareja se casa, firme, al mismo tiempo, el contrato de divorcio. De este modo, si, en el futuro, hay que divorciarse, el contrato ya está firmado. Y es justo, porque se negoció cuando había buen trato.
Lo mismo sucede con dos socios en un emprendimiento. Cuando os lleváis bien es el mejor momento para dejar claro qué responsabilidades tiene cada uno, qué sucede si alguien abandona el proyecto, cómo se deben resolver los conflictos internos, etc.
Si no lo haces, y, después de unos meses o un año, hay un problema, no podréis resolverlo de forma sencilla, porque estaréis peleados y ninguno se avendrá a razones.
Por lo tanto, haz un pacto de socios para evitar futuros problemas. Y hazlo con un abogado delante.
Hacen lo que todo el mundo hace
Otro de los grandes errores es creer que, para emprender, basta con autoemplearse. Emprender tiene algo más de trasfondo filosófico (si bien es cierto que, en un sentido amplio, quien se autoemplea ya está emprendiendo algo).
En este sentido, montar una tienda online en Shopify, por ejemplo, no es en sí mismo un emprendimiento en sentido estricto. Se necesita ir un poco más allá y ofrecer algo novedoso en tu servicio, para que se considere tal cosa.
No obstante, incluso en el caso del autoempleo, uno de los mayores problemas es que la gente no se centra en innovar, sino que se queda haciendo lo que todo el mundo hace. Y esto es un error que se puede explicar desde la economía.
Está académicamente aceptado que todas las industrias tienden a un nivel de rentabilidad similar, porque el capital se mueve de donde más rentable es a donde menos, y, a medida que entra más capital, la rentabilidad disminuye, hasta que se estabiliza.
¿Qué significa esto para ti, querido emprendedor? Que, si haces lo que todo el mundo hace, no conseguirás la rentabilidad que él está consiguiendo, sino que conseguirás menos.
La única forma de conseguir grandes rentabilidades es hacer algo nuevo, que nadie haya hecho antes, y que, por lo tanto, te permita a ti beneficiarte de ese extra de rentabilidad, mientras que son los siguientes los que tienen rentabilidades menores.
Y la innovación, en este punto, no tiene que significar, necesariamente, fundar Facebook. Puede ser, simplemente, mejorar el packaging de tu tienda online, de forma que eso te diferencie, puedas cobrar más, y tus márgenes (y rentabilidades) aumenten.
No mejoran sus habilidades en forma de T
Este error me parece realmente interesante. Un buen emprendedor no puede tener muchos conocimientos de una sola cosa y ya está. Eso es lo que te convertirá en un buen empleado. Lo que necesita un emprendedor son conocimientos en forma de T.
Los conocimientos en forma de T hacen referencia a que se tiene un conocimiento muy profundo de un tema concreto (el palo vertical de la T), y muchos conocimientos dispares y no muy profundos sobre el resto de ámbitos importantes (el palo horizontal de la T).
En cierto sentido, esto se puede relacionar con la idea de la capacidad de delegar. En un primer momento, el buen emprendedor es el que, gracias a sus habilidades en forma de T, puede gestionar los primeros pasos de su negocio por sí mismo.
Esto, por ejemplo, es habitual verlo en las tiendas online, como las de Shopify, donde una sola persona se encarga de todo.
Sin embargo, el emprendedor, tendrá unos conocimientos en forma de T. Por ejemplo, será capaz de hacer un marketing excelente (este sería su palo vertical), mientras que solo podría hacer chapuzas en el código y en el diseño.
A largo plazo, cuando se empieza a delegar, hay que ir dejando en otras manos aquellas áreas que se dominan menos, pero siempre hay que trabajar en potenciar esas habilidades en forma de T.
¿Por qué? Porque, cuando formes un equipo, te interesará ser capaz de entender de qué te están hablando cuando te expliquen lo que están haciendo, y, para eso, tendrás que tener algo de conocimiento al respecto.
No saben dónde encontrar dinero
Otro problema que suelen tener los emprendedores es el de encontrar dinero. Es evidente que, cuando se quiere que un emprendimiento empiece a crecer, se necesitan inversiones de capital cada vez más cuantiosas.
Ya no son suficientes los aportes que hacen los socios, sino que se necesita una mayor inversión para que la tracción vaya en aumento. Es en estos casos cuando se suele recurrir a los Business Angels, a los inversionistas de capital riesgo, y a otros profesionales del sector.
Sin embargo, hay muchos emprendedores que no saben dónde encontrar el dinero, y esto sucede por una gran cantidad de razones.
En primer lugar, hay muchos emprendedores en sentido amplio que han montado una tienda online en Shopify, por ejemplo, y que acuden a recibir financiación… Y no. La financiación no está para eso.
Si tienes una tienda online y necesitas dinero, lo que necesitas son clientes, no inversionistas.
Sin embargo, en otras ocasiones, puede que sí necesites el dinero de un inversor. Por ejemplo, porque estás desarrollando una aplicación móvil que crees que puede generar una gran cantidad de dinero, pero necesitas una inversión inicial.
En estos casos, los emprendedores suelen no saber encontrar el dinero no porque lo busquen en el lugar inadecuado, sino porque son incapaces de convencer al inversor. Y es que, para un emprendedor, la persuasión es algo imprescindible.
Como puedes ver, los errores de los emprendedores suelen repetirse constantemente, aunque cada vez sea una persona diferente quien los comete. Y es que, como ya se sabe, no aprendemos de la experiencia ajena.
No obstante, si este pequeño recopilatorio te sirve para tener mejores ideas a la hora de organizar tu emprendimiento, habrá merecido la pena. Es preferible ser más precavido de la cuenta, que lo contrario, porque lo contrario no tiene vuelta atrás.
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